Las Ideas de Sasuke (K-RO)

Les dejo este FF que espero que disfruten tanto como yo *-*

Título: Las ideas de Sasuke

Típo: One Shot

Autor/a: K-RO

Pareja: Sasu-Naru… creo.
Categoría: Sounen-Ai, AU (también creo), Romance, un poco de OoC
Disclaimer: Fic basado en el cuento infantil Rosalinde tiene ideas en la cabeza que leí cuando tenía ocho años y aun lo disfruto (K-RO de pronto se siente vieja… tan vieja)


Rosalinde tiene ideas en la cabeza fue escrito por Christine Nöstlinger.
Naruto es propiedad de Masashi Kishimoto

Las Ideas de Sasuke

Sasuke tiene un agujero en la camisa.
Sasuke tiene banditas en la cara, alrededor de la boca.
Sasuke tiene la tarea a medio terminar.
Sasuke tiene ideas en la cabeza.
Su madre observa el agujero en su camisa.
Su padre observa las banditas en su cara.
Iruka-Sensei observa su tarea.
Nadie se fija en las ideas en la cabeza de Sasuke.
Sin embargo; su Nii-San asegura que conoce las ideas que Sasuke tiene en la cabeza.
– Cuando estas sentado y mueves las manos hacia delante y detrás – Le asegura – Estas imaginando como lanzar un dos Shuriken al mismo tiempo y que tomen distinta dirección; cuando soplas con fuerza, tratas de sentir el calor del fuego del Katon que te ha enseñado nuestro padre; cuando te miras los pies y no dices nada, estas pensando en que has entrado con los pies llenos de lodo y no has limpiado tu desorden.
Cuando me miras fijamente y haces un puchero – Itachi sonríe tristemente – Estas pensando en que quieres superarme, pero ni siquiera te acercas a la fuerza que necesitas para hacerlo.
Sasuke detesta que su hermano pueda leerlo con tanta facilidad; que lo llame con la mano y le golpee la frente con dos dedos, burlándose de él.
Itachi dice que ha estado observando a Sasuke durante todos sus seis años y lo conoce bien. Itachi conoce la cabeza de Sasuke tan bien como la suya propia.
La sola idea trae escalofríos a la espalda de Sasuke.
Sasuke se ha pasado toda la tarde después del colegio mirándose en el espejo; observando con ojo crítico sus expresiones, analizándolas; se queda sentado pensando y mirando. Luego sale en busca de su hermano mayor.
– Nii-San ¿Qué ideas tengo yo en la cabeza ahora? Dímelo.
Itachi alza el rostro del pergamino que ha estado estudiando, observando a su Otōto como se mira a un bicho extraño. Pero se da cuenta de que el pequeño Sasuke habla en serio, así que él se torna serio también y se acerca a su rostro para poder verlo claramente.
– Frunces el ceño molesto y tienes los parpados caídos; te tiemblan las manos y por eso las tienes detrás de tu espalda y tratas de no mirarme. Estas molesto conmigo; la próxima semana es tu cumpleaños y yo no estaré aquí porque tengo una misión, también porque no te compré ese set nuevo de Kunais y Shurikens que tanto me rogaste.
Sasuke sonríe satisfecho, con esa expresión presuntuosa que le ha aprendido a su padre y a su hermano, cruzándose de brazos, tratando de verse más alto.
– No es cierto. He estado pensando que en la mesa del despacho de papá está la papelería para aplazar la misión que tienes; y que has traído una caja grande de la tienda de armas y la has escondido en el estante más alto de tu armario; y que tú podrás enseñarme como arrojar el Fuuma Shuriken.
Itachi sonríe, sacudiendo la cabeza de un lado hacia otro; desde que Itachi se ha convertido en Chuunin hace mucho que no pasaba algo de tiempo con Sasuke, así que esta de humor para seguirle el juego.
– ¿Ah, sí? Así que ahora puedes engañarme, ¿Eh, Otōto?
Sasuke infla el pecho, orgulloso. Ahora Nii-San no volverá a reírse de él.
– Así que – Itachi continua – ¿Puedes pensar que Tama-Chan ha muerto atropellado y reírte?
Tama-Chan es su gato negro con manchas blancas; desde el cuarto de su hermano le escucha maullar mientras persigue incansablemente a su madre.
Sasuke infla los mofletes, en un gesto infantil nada propio de él.
– No puedo pensar que Tama-Chan ha muerto, Nii-San. Eres cruel.
Oh, cuánta razón lleva el pequeño en sus palabras.
– Bien, ¿Puedes pensar que hay Dango para la cena y reír?
Sasuke odia el Dango, pero a su Aniki le gusta mucho; las noches que hay Dango para cenar, su madre le prepara un sándwich.
Así que compone una sonrisa y piensa en aquel asquerosamente dulce Dango.
Itachi sonríe satisfecho.
– ¿Puedes pensar que mañana, Iruka-Sensei les preparo un examen de Taijutsu para el que no estás preparado y reír?
El examen de Taijutsu es la semana siguiente, así que se ríe nuevamente.
– Mhh, me lo pones difícil, Sasuke ¿Puedes pensar que Sai vendrá de visita y reír?
Sai es su primo, Sasuke lo detesta; pero Gaara le ha golpeado esta mañana. Así que Sai no podrá salir de su casa por un tiempo.
Sasuke ahora ríe perversamente.
Itachi suspira.
– Vaya, vaya. No creí que esto fuera posible.
Itachi se rasca la cabeza, aburrido y mira fijamente los ojos negros de su hermanito.
– Te has vuelto una persona completamente distinta.
Mamá grita desde las escaleras, la cena está servida –Afortunadamente, no es Dango– Itachi se levanta del suelo y se dirige hacia la puerta; antes de abrirla, se vuelve hacia su hermanito y le pregunta.
– ¿Puedes pensar que has besado a Naruto-Kun y reír?
Naruto es un niño rubio, bajito, delgado y de enormes ojos azules; es el hijo del Hokage y su mejor amigo.
También es la persona que le gusta a Sasuke.
Sasuke enrojece violentamente.
Ahora Itachi ríe de manera perversa y sale del cuarto.
– ¡Nii-San!
La vida es tan dulce si eres Uchiha Itachi.

—

Sasuke también tiene ideas oscuras. Pensamientos que no puede decir a nadie, porque es peligroso.
Su hermano es la mayor causa de esos pensamientos oscuros y de destrucción.
Ese maldito pergamino.
Hokage-Sama era un hombre muy ocupado. Como dirigente de la aldea había mucho trabajo por hacer; sin embargo, también era padre. Pero siendo viudo se veía en la necesidad de dejar continuamente al pequeño Naruto al cuidado de otras personas.
Naruto entendía los motivos, pero también frecuentemente se sentía abandonado por su padre.
Esa tarde, Sasuke recibió la noticia de que Itachi se había ofrecido –Oportunamente– a cuidar del pequeño rubio, mientras Minato-Sama se encontraba en una junta con su padre y Hyūga Hiashi - Sama.
Poco después, el siempre alegre y Genki rubio aparece en su puerta, al tiempo que su Nii-San recuerda que tenía que llevar con urgencia su reporte de misión. El es ahora un Jounnin, y no entregar su reporte de misión es una falta grave. Itachi no quiere ser como Obito-Aniki, que nunca entrega a tiempo sus reportes y es regañado por Kakashi-San.
Así que deja a los niños solos en la recamara de Sasuke, susurrándole al pequeño que su madre aún tardará un rato y que ese es un buen momento para llevar a cabo lo que Sasuke había estado ideando desde hace tiempo.
Antes de que Sasuke registrara exactamente a qué se refería su hermano mayor –Y cuando lo recuerda vuelve a sonrojarse hasta las orejas– Itachi se ha ido.
Sasuke se vuelve de pronto muy consciente de la presencia de Naruto, así que trata de no acercarse mucho a él; cosa poco probable, puesto que a su amigo le da de pronto por colgarse de su espalda, feliz de estar de visita en la casa de su mejor amigo. Sacando un rojo aun más profundo de la cara de Sasuke.
Cuando el rubio propone jugar a las escondidas, aún a pesar de que ya tienen ocho años y ya no son niños pequeños para hacer esas tonterías, Sasuke acepta de inmediato; ofreciéndose a buscar primero, así puede dejar a Naruto "perdido" por un buen rato.
Sasuke cuenta hasta cien y comienza a buscar a Naruto con poco entusiasmo, sabe que el rubio no es bueno escondiéndose, así que procura no poner mucha atención a su búsqueda.
Llegando al cuarto de su hermano; empuja la puerta suavemente y se asegura que la presencia de Naruto no esté cerca, adentrándose.
Al llegar a la cama, se sienta un momento para hacer tiempo, se recuesta sobre el mullido colchón y mira el techo a la mar de interesado.
Algo duro presiona su espalda, levantándose un poco y estirando la mano, encuentra un pergamino sellado y de color rojo que se le hace muy familiar.
¿Qué no era es el reporte que Nii-San debía entregar y por el que había salido con tanta prisa?
Un mal presentimiento comienza a formarse en la cabeza de Sasuke.
Por la noche; después de que Namikaze-Sama fuera a recoger a Naruto; Sasuke le pregunta a su madre
–Mamá, ¿Es verdad que cuando se miente se le pone a uno toda la cara roja?
Su mamá se quedó pensativa y contestó:
–Yo creo que uno se pone colorado al mentir cuando no está acostumbrado a las mentiras, cuando se es principiante. A los mentirosos auténticos, experimentados y taimados, se les queda la cara completamente blanca cuando mienten.
Cuando su hermano regresa a casa; después de decir Okaeri; Sasuke pregunta.
– Nii-San ¿Has entregado tu reporte?
Itachi se quita las sandalias en la entrada y contesta monótonamente.
– Por supuesto. ¿Por qué si no he salido?
Sasuke miró a su hermano. La cara de su hermano no estaba colorada. Pero tampoco estaba blanca. La cara de Itachi estaba exactamente igual que siempre.
Nii-San…
Sasuke se vengaría algún día, seguro.

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